Monday, September 05, 2005

bang bang [chapter I]



Cuatro aviones utilizados como “bombas” se estrellan a 900 km/h. Dos torres caen. El mundo no vuelve a pestañar, el dolor de quienes perdieron a algún familiar se percibe, se respira. Toda la cadena de acción desde las 8.15 de la mañana entró en los hogares de quienes sintonizaban por equis motivo algún canal de televisión. El impacto fue tal, que no importaba si el televisor estuviese programado en CNN, en un canal nacional, o incluso, en MTV.
Y mientras todos se horrorizaban…¿Dónde estaba Bush?......En una escuela de Florida, rodeado por niños que aún se encontraban ajenos a tal escabroso hecho, se aprontaba a leerles “Mi mascota el chivo”, de pronto se acerca a su oído una voz que acaba con todo rastro de tranquilidad: “¡¡¡Señor Presidente, la nación fue atacada!!!”. Sin embargo, en vez de suspender la actividad y tomar las medidas necesarias para controlar la situación, se queda por largos minutos sentado frente a los pequeños que gozaban escuchando la lectura de Mister Bush….¿Es así como debe reaccionar un Presidente?
Durante los días siguientes el gobierno norteamericano afianzó su postura de ataque contra el terrorismo…terrorismo que tenía un nombre clave: Osama Bin Laden. Así, Bush y sus Secretarios de Estado, bombardearon a la opinión pública con creíbles mensajes, encabezados por los “grandes esfuerzos” que hacía el ejecutivo para capturar al jaque saudí.
El líder republicano comenzó a ganar gran popularidad entre los estadounidenses, quienes creían férreamente en sus promesas. Sin embargo un mes antes del 11S, el gobierno tuvo en sus manos un documento que aseguraba un atentado por parte de Al Qaeda con secuestro de aviones en el país y no se tomaron las medidas pertinentes para controlar algo que podría haberse evitado. ¿Qué pasó señor Bush…es esto el verdadero interés por combatir el terrorismo o fue la necesidad de repuntar en el ranking de apoyo ciudadano, y proteger sus intereses económicos?
Es más, luego del atentado, cuando todo tipo de transporte aéreo estaba prohibido, el gobierno permitió la salida en avión de los familiares de Bin Laden, que tienen el 7% de la tierra de Tío Sam en sus manos gracias al aporte billonario que hacen en ese país. Como afirma Michael Moore en su documental Fahrenheit 9/11, si tanto les interesaba tener la cabeza de Bin Laden, lo lógico hubiese sido que retuvieran a los miembros del clan saudí para obtener información sobre el paradero del jaque. Sin embargo, no lo hicieron.
Luego de la decisión por encontrar a Bin Laden y el posterior ataque a Afganistán, George Bush determinó que debían atacar a Irak debido al peligro que el país del antiguo Imperio Otomano representaba para la humanidad. Para ello, su carta de ataque tuvo como raíz la existencia de armas de destrucción masiva en la tierra liderada por Saddam Hussein. Así, esta nueva guerra, que parece tener como gran causa el control de la segunda napa petrolera del mundo después de Arabia Saudita, es una frontera imperial que anuncia la doctrina creada por la Era Bush.
El ex vicepresidente, Al Gore, a quien George W. Bush arrebató la presidencia con un fallo de la Corte Suprema, afirmó que el líder republicano ha decidido abatir la idea del derecho internacional y cambiarlo por un sistema en el que no existe otra ley que la voluntad del Presidente de Estados Unidos. De este modo, es claro que la situación doméstica prevalece sobre la internacional, pese a la enorme galería de enemigos reales e imaginarios que la administración republicana no cesa de colocar a la luz pública.
Sumado a esto, se encuentra el apoyo de los medios de comunicación al gobierno luego del 11S, donde las informaciones provenientes de ellos hacían eco de la voz gubernamental. Minuto a minuto éstos se alimentaron de la cronología de los hechos, los cuales acapararon portadas, editoriales o cuerpos especiales, tanto en televisión como en radio o la prensa escrita. Fue imposible desconocer lo que en Estados Unidos ocurría, por más lejos que estuviésemos viendo a los dos aviones penetrando el corazón financiero del mundo, el World Trade Center, el dolor se volvía prácticamente propio. [...]
Inspired in Fahrenheit 9/11
feat. Lorny

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