Wednesday, May 16, 2007

capitulo the oven [iii]

El tiempo pasa y no hay plazo que no se cumpla…dicen, dicen. Varios de mis compañeros (contemporáneos a mi ingreso) ya no están y yo ya llevo un mes y algunos días subiendo y bajando escaleras, recogiendo y votando albaranes, reponiendo ingredientes y, aunque yo mucho no me lo creo, estirando algunas mazas. Personales, obviamente.

Ya me hecho de amigos y de un grato ambiente telepipzero, ya va un mes, como dije. Esas mismas personas que, como siempre pasa en la vida, despiertan prejuicios en uno, me han demostrado su confianza y amistad. Sé que tan sólo han transcurrido algo así como cuarenta días desde mi ingreso y, por supuesto, que mi parecer y apreciación hacia estos personajes ha cambiado completamente.

Me quedan dos días de laburo con ellos y ya siento tristeza de dejarlos, de dejar la daily caminata por Merced, de dejar esas escaleras. Pero como dije, gente que llega y otros que se van. Ahora yo formo parte de esos “otros” y de la gente nueva… mucho no tengo que decir; ni siquiera me he dado el tiempo y ánimo de formarme falsas expectativas e impresiones de estos novatos. Quizás, prefiero pasar el tiempo restante cultivando un tantito más mi relación con los antiguos pizzeros y nuevos encargados de tiendas, como Braulio y la Cristina.

Demostré en la horneada actividad de sacar pizzas, servir y freír muchas horas al día, mi real preocupación por el trabajo que asumí ese día que concreté la entrevista laboral con la Andrea. Asimismo, Josué, Braulio, Rodrigo, la Cristina, y mis compañeros…diéronse cuenta de mi esfuerzo y dedicación, por no decir abnegación hacia lo que implica ser una pizzera.

De otra forma, no me hubiesen elegido “mejor trabajadora” del mes de abril. Ojo!, no piensen que en el local está mi foto como una Bachelet en oficina de repartición pública. Aáá´´áá. Tan sólo gozo de dos entradas dobles para un Hoyts y Fantasilandia.


0 Comments:

Post a Comment

<< Home