Friday, January 18, 2008

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La realidad como red de sucesos fracturados. Así podríamos definir el film de Christopher Nolan, el cual reúne a lo largo del relato, las dos características que hemos analizado en el transcurso del taller y, que definen la narrativa cinematográfica contemporánea.

La fragmentación y secuencia de imágenes contadas a través de un montaje alterno nos advierten lo crucial que se transforma para un hombre, construir su realidad y definir su imaginario de mundo mediante imágenes fijas: fotografías que buscan perpetuar un instante determinado y que terminan por dibujar y definir el rol que el protagonista debe cumplir dentro de la historia y, de la misma forma, su propia identidad.

Memento es en todo sentido una “historia puzzle”, ya que la realidad fracturada se nos presentan en pequeños flashes que apuntan hacia un mismo sentido, es decir, se producen saltos en la línea narrativa. De esta forma, las piezas van encajando a lo largo del metraje hasta formar el “big picture”. Por ello, cada fragmento se convierte en una unidad vital que nos aportan cuotas de información para que como espectadores, obtengamos una imagen completa, acotada y con ello, lograr una mejor comprensión visual de lo que se cuenta.

En este sentido, el director juega con la acción, ya que la historia se va develando y desarrollando frente a nuestros ojos a medida de que ésta avanza. Sin duda alguna, esta condición nos obliga a mantener la atención respecto a la continuidad y los detalles, ya que los saltos cronológicos producen una descolocación en términos de temporalización.

En la narración, la unión de esta realidad fragmentada y que se va completando y aportando nuevos detalles, dan la sensación de una “red”, estructura ligada al concepto de simultaneidad de la cual hemos hecho referencia con anterioridad. En Memento se rompe la estructura interna habitual (presentación-desarrollo-desenlace), por lo cual inicia la acción cuando ésta está en pleno desarrollo.

Un recurso interesante de rescatar sería en este sentido, los cambios de colores. Memento nos muestra la simultaneidad de dos tiempos; una historia contada y basada en el presente, es decir, que avanza hacia adelante (en blanco y negro) y otra, que avanza hacia atrás (en color).

Visualmente, la tensión, la incertidumbre y la inestabilidad mental del protagonista está reafirmada con la secuencia de planos en base a la cual se construye la narrativa cinematográfica. En este sentido, se puede dar cuenta de un uso mayoritario de primeros planos y planos de detalle, los cuales acentúan la intimidad que intenta rescatar la historia y, con ello, lograr la empatía del espectador con el personaje principal. De la misma forma, la inserción de imágenes flashes, hacen referencia a la idea de viajes mentales relámpagos que por instantes ayudan a clarificar ciertos episodios tanto para el protagonista, así como también, para el espectador.

En cuanto a los personajes que participan de la historia, tenemos como protagonista (sujeto) a Leonard, quien argumenta sus acciones y decisiones en base a un móvil específico: vengarse de la muerte de su esposa y dar castigo al responsable (objeto). Esta apreciación resulta ligarse directamente con el significado del título del film, que en latín significa “recuerda la muerte”. En este sentido, el destinador y el destinatario resultan ser él mismo. Asimismo, Leonard aparece como su propio oponente, ya que su memoria es el elemento que le impide u obstaculiza sus ansias de venganza. Finalmente, Teddy juega dentro de la narración el rol de coadyudante, quien permite que el protagonista cumpla su objeto.

Sin duda alguna, Memento resulta ser un buen ejemplo de cómo la realidad, en el cine, puede construirse como una instancia fragmentada, la cual al ser captada por las cámaras sugiere al público una infinidad de interpretaciones.