Wednesday, May 21, 2008

talktome

En las palabras del reconocido director Federico Fellini, “Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador”.

Excelentísimos señores y señoras hoy es para mí un alto honor dirigir la palabra a tan distinguido auditorio, en este solemne acto, en nombre de mi país y, muy particularmente, en nombre de los directores de cine presentes en la Fiesta Internacional de Cine de Roma.

Hoy, más que nunca, la cultura chilena, es decir, nuestras tradiciones, valores y expresiones humanas, lo que conforma nuestra identidad como pueblo, ha sabido escribirse en los guiones y proyectarse en las pantallas para reflejarnos ante el mundo como Nación.

Un país ubicado en el extremo suroeste de América del Sur, poco a poco se ha convertido en el foco de atención dentro del campo de la cinematografía mundial contemporánea, pues nuestra presencia en esta Gala inaugural, reafirma la búsqueda y consolidación de nuestro intento por estrechar los lazos con un país con tal vez la más importante historia de la cultura del área mediterránea y occidental: Italia.

Pero el denominador común entre estos dos países tan lejanos y disímiles es el Cine; son las formas de narrar historias en la cual abundan atractivas propuestas y vientos de esplendor y, con ello, la libertad de creación que envuelve a esta manifestación artística. Chile e Italia en este escenario comparten la misma pasión, el incansable esfuerzo por plasmar en el celuloide historias impregnadas de sentimiento, fantasías o del más crudo realismo.

Es a través del Cine como podemos vislumbrar las características más significativas de un país y de su gente. Nuestra industria cinematográfica enfrenta no sólo una época de cambios, sino también un cambio de época, pues las nuevas tendencias y tecnologías nos señalan que estamos insertos en un mundo que avanza a pasos agigantados y que bajo el alero del concepto de aldea global, Chile se acerca a todos los rincones del mundo cosechando las semillas del reconocimiento.

Por ello, nuestra presencia en esta moderna y reconocida Casa del Cine, ratifica no solamente nuestro cariño y agradecimiento hacia ustedes, sino que además, nuestro compromiso con la excelencia del séptimo arte; con la calidad con la cual nuestros realizadores asumen su trabajo; con el compromiso a la tolerancia y respeto a la pluralidad de ideas y a la valentía para expresar las historias que terminan por definir honestamente nuestra idiosincrasia ligada a un fuerte compromiso moral y ético, el cual ha contribuido a jerarquizar el lugar que el cine chileno ocupa actualmente en el escalafón mundial.

Una diversidad incalculable de temas, paisajes, historias y miradas. Italia y Chile nos proponen un cine mucho más personal, nacido de la mano de una generación de recambio, la cual intenta actualizarse al momento social e histórico mundial. Hoy hablamos y evocamos a una nueva generación con claras intenciones de utilizar la realidad como materia prima y, desde este enfoque, impregnar en texto e imágenes, sentimientos de risa y llanto, donde desde nuestras butacas somos seducidos por comedias que son dramáticas y dramas que a ratos nos sacan carcajadas.

La utilidad de estos filmes reside en ser el elemento que unifica y da un sentido de identidad al cine chileno, al cine italiano y por qué no, al cine mundial, pues detrás de cada propuesta existe un director y un equipo que bien pueden ser considerados como sujetos históricos, que actúan e influyen en el tiempo y en el espacio, determinando una forma de ver la realidad y, los cuales por sobre todo, se esmeran por aportar innovación a esta disciplina artística mediante la búsqueda de nuevos lenguajes audiovisuales.

Es así como el cine chileno e italiano contribuyen a razonar, ejercitar un juicio crítico y, por sobre todo, valorar el pasado de estas dos naciones a modo de comprender sus presentes y vislumbrar sus futuros.

Quiero, por último, expresar en nombre de Chile el más vivo agradecimiento a la Fiesta Internacional de Cine de Roma y a los promotores de este acto, por la deferencia y atenciones que han tenido para con todos nosotros. Con la satisfacción y orgullo que me produce el reconocimiento que hoy se nos entrega, doy por seguro que para todos los presentes, el cine es y será mucho más que cuatrocientas butacas que llenar.

Saboreemos entonces esta copa de vino, disfrutemos el sabor de gloria y deleitémonos con lo que el cine tiene que contarnos.

Muchas gracias.


[discurso para el Ministro Consejero de la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Emilio Lamarca Orrego.- Festival del Cine, Roma. Italia 2007]